EL DIRECTOR DE ALABANZA: UNA ESPECIE EN VÍAS DE EXTINCIÓN?

12.11.2013 20:41

EL DIRECTOR DE ALABANZA: UNA ESPECIE EN VÍAS DE EXTINCIÓN?

 

 

Tengo una firme convicción en mi corazón: los directores de alabanza y adoración somos una especie en vías de extinción. DIOS ESTÁ CANSADO DE UN PUEBLO QUE TENGA QUE SER GUIADO A SU PRESENCIA. Por el contrario él está buscando y gestando un pueblo de adoradores NO CONDUCIDOS y hará cualquier cosa para lograrlo.

 

El profeta Joel afirma que una de las consecuencias de la lluvia tardía que Dios enviará sobre la tierra será LA MANIFIESTA Y PALPABLE PRESENCIA DE DIOS EN MEDIO DE SU PUEBLO:

 

“Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios...” (Joel 2:27)

 

Muchas veces me he preguntado lo siguiente: ¿Qué pasaría si antes de entrar a una de nuestras reuniones, antes de pisar siquiera el atrio de nuestros templos verdaderamente SUPIÉRAMOS que estamos a punto de encontrarnos cara a cara con el Dios vivo, que al cruzar ese umbral, que al atravesar esa puerta nos vamos a encontrar nada más ni nada menos que con el tres veces Santo?. ¿Esperaríamos a que alguien se pare en el púlpito y nos diga “bienvenidos hermanos, vamos a alabar a Dios?. ¿Osaríamos llegar tarde a semejante cita?. ¿Estaríamos dispuestos a perdernos siquiera lo más mínimo de un encuentro como éste?. El problema está en que “no conocemos que en medio de Israel está Jehová”. Los ojos de nuestro corazón están cegados y no podemos ver la manifiesta y palpable presencia de Dios en medio nuestro. Muchas veces Dios ni siquiera se toma el trabajo de hacer manifiesta su presencia ya que nosotros estamos ocupados en un sinfín de cosas menos en buscar verdaderamente su rostro. La pregunta existencial es: ¿QUIÉN TIENE LA CULPA?, ¿EL CHANCHO O EL QUE LE DA DE COMER?.

 

Te confieso que estoy tremendamente CANSADO DE MÍ MISMO. Me he dado cuenta que como director de alabanza me he convertido en un especialista en hacer que la gente se vaya contenta del culto. Es más, me extraña que la gente no se canse de mí (si lo piensan, al menos no te lo dicen). Me siento tremendamente frustrado cuando viene esa hermana después de culto y me dice “pastor, que bendición su ministración de hoy...” cuando lo único que sintió fue un calorcito en el corazón (producto de la linda música y una cuantas palabras bien dichas) y al regresar a su casa sigue viviendo en pecado y de manera miserable. El hecho de que tenga que haber alguien “guiándonos” en adoración nos habla de la mediocridad espiritual de nuestras iglesias. La gente ama los mediadores humanos y le escapa a la responsabilidad de ejercer su sacerdocio personal. No deberíamos llamar “ADORACIÓN” mucho de lo que llamamos “Adoración”. No digo que no le cantemos a Dios y hagamos todo lo que se supone que debemos hacer en un culto; el punto es ¿Estamos realmente buscando a Dios con todo esto?, ¿Estamos buscando su rostro y anhelando conocerle más?. Yo estoy convencido de que la mayoría de las veces lo único que buscamos es sentirnos bien, experimentar ese calorcito en el corazón, sentir esa “paz de la presencia de Dios” pero no alcanzarlo a Él mismo.

 

No sé si la culpa la tiene el chancho o el que le da de comer, lo que sí sé es que el cambio solo puede venir a partir de una actitud diferente por parte de los que lideramos. Obviamente lo que está en extinción no son los líderes de adoración en sí sino el MODELO de liderazgo del culto al que estamos acostumbrados. En la Biblia encontramos que siempre han existido músicos que facilitan la adoración colectiva del pueblo, y entre ellos líderes de levitas tales como Asaf, Jedutun, etc. La diferencia radica en que ellos tenían bien en claro cual era su principal tarea: ADORAR A DIOS. Ellos no estaban para GUIAR al pueblo en adoración, estaban para adorar ELLOS A DIOS, a través de sus instrumentos. Hace un tiempo me encontraba en la oficina de la iglesia en el horario en que debía comenzar uno de los cultos semanales. La persona que dirigía la adoración ya se había pasado unos 10 minutos del horario de comienzo así que mandé  a avisarle por medio de un hermano que comenzase la reunión. La respuesta inmediata de este hermano fue “es que todavía no llegó nadie”. Aquella respuesta me dejó pensando. ¿Cuál es el problema?. ¿Acaso el culto no es para Dios?. ¿Qué importa que no haya llegado nadie aún?. La única bienvenida que el líder de adoración debe dar es al Espíritu Santo. Solo con Dios alcanza. Si el culto es un encuentro amoroso entre Jesús (el esposo) y su Iglesia (la esposa), solo hace falta que esté Él y estemos nosotros (aunque seamos solo los músicos). EN TIEMPO DE AVIVAMIENTO NO HAY HORARIO DE COMIENZO DEL CULTO. Uno de los cambios de Clima que la lluvia tardía traerá será este. La gente llegará a los templos y comenzará a adorar y a buscar a Dios espontáneamente. Los músicos estarán preparando aún sus instrumentos cuando un aluvión de gente llegará hasta el altar para comenzar a Adorar a Dios de manera espontánea y sin necesidad de que un director diga “bienvenidos hermanos, vamos a alabar a Dios”. No será necesario, la gente “conocerá que en medio de Israel está Jehová”. Las personas ejercerán naturalmente su sacerdocio. No habrá mediación sino comunión, relación directa e íntima entre el esposo y su amada.

 

La pregunta es ¿debemos esperar a que llegue el avivamiento para corregir las cosas?. La respuesta es NO. Dios nos llama a ser colaboradores suyos, nos llama a asociarnos a él. Es más, creo que el avivamiento no viene debido a que hemos estado buscando cualquier cosa menos el rostro del Señor. El proceso es a la inversa.

 

Para fines de la década del ochenta y principios de la del noventa tuvo lugar en todo el mundo, y de manera particular en América Latina, una poderosa ola de restauración en la Alabanza y la Adoración. Los cultos y reuniones rutinarias y muertas se llenaron de un nuevo fervor y entusiasmo. La liturgia de las iglesias cambió, la adoración se tornó festiva y se incorporaron estilos contemporáneos en la música. También se tomó conciencia de la centralidad del Cristo resucitado en medio de la congregación. Pudimos entender que la música y el canto no estaban solo para “rellenar” el programa o “preparar el clima” para el mensaje, sino que la Adoración es central en el culto público. Hubo un tremendo despertar en la composición de nuevos cantos y tomó relevancia la figura del “Líder de Adoración”. Algunos de los principales referentes de este mover de restauración son Marcos Witt, Juan Carlos Alvarado, Danilo Montero, Jorge Lozano, entre otros. Esta fue sin dudas una ola tremenda que barrió con toda Latinoamérica.

 

Sin embargo hay una nueva ola de restauración en el área de la Adoración que Dios está enviando sobre todo el planeta. Esta ola no está centrada en el papel del “Líder de Adoración” sino en lo opuesto: EN LA DESAPARICIÓN DEL LÍDER DE ADORACIÓN.  Dios esta buscando ADORADORES no “SEGUIDORES DE UN LÍDER”. Dios está preparando su pueblo de Reyes y Sacerdotes. Aquello que Israel rechazó al pie del Sinaí será asumido por la Iglesia finalmente, cumpliendo así el deseo del corazón de Dios: UN PUEBLO DE SACERDOTES. Creo firmemente que si no hacemos el esfuerzo por auto extinguirnos Dios nos va a extinguir de todas formas, nada lo va a detener en su búsqueda de verdaderos adoradores. “Mas la hora viene y ahora es”.     

 

¿De qué manera podemos colaborar con Dios en su búsqueda?. Obviamente lo primero que debemos hacer es renunciar al “MODELO DE ANIMADORES”. Creo que muchas veces la gente tiene un deseo genuino de adorar a Dios y en vez de ser nosotros facilitadores de dicha adoración comunitaria nos convertimos en piedra de tropiezo y un impedimento en el acercamiento del pueblo a su Dios. Hacemos que la gente centre su atención en nosotros, los mareamos con un sinfín de indicaciones, decidimos cuando debe terminar el “tiempo de adoración”, buscamos agradar al hombre, etc. Sé que cuesta romper con el modelo al que estamos habituados pero solo es cuestión de AUTO DISCIPLINARSE con ciertas cosas. Permitime compartirte algunas sugerencias prácticas. Creo que son buenos consejos para acelerar nuestra extinción y prepararle el camino al Señor:

 

  1. COMENCEMOS ANTES LOS CULTOS

 

Como ya expresé más arriba, en tiempo de avivamiento no hay horario de comienzo. No digo mucho, pero 15 o 10 minutos antes permite que la gente entre al templo con una adoración a Dios que ya ha comenzado y todos entiendan que no son ellos el centro del culto, que nadie los ha estado esperando para comenzar. Esto ayuda en el cambio de mentalidad y hace responsable a cada persona en el ejercicio de su sacerdocio. Nadie da una bienvenida ni tampoco inicia “formalmente” el culto. El culto comienza en el momento en que Dios se encuentra con su amada.

 

  1. MINISTREMOS DE ESPALDAS AL PUEBLO

 

Los levitas en el Antiguo Testamento lo hacían de esta forma: Centrados únicamente en Dios, preocupados solo por una cosa: “¿Qué es lo que vos Señor querés recibir?”. Esto nos ayuda tanto a nosotros como músicos y líderes, ya que nos libra de la tentación de “animar” a la gente, como a la congregación, ya que nadie los está mirando ni concentrándose en ellos. Debemos cuidarnos de no hacer de esto “la llave mágica” y caer en una actitud religiosa y rutinaria. Más allá de la postura física está la postura del corazón.

 

  1. ROMPAMOS NUESTROS ESQUEMAS INTERIORES

 

Todos tenemos esquemas interiores. Los tenemos y los necesitamos ya que nos brindan estabilidad y seguridad. Por ejemplo, ya sabemos más o menos que decir o como actuar cuando termina una canción, sabemos como armar un culto, como comenzar, como hacer la transición entre la “alabanza” y la “adoración”, como terminar, etc. Parece que hasta sabemos cuando dar una palabra de Dios y cuando no. Con todo esto debemos hacer un gran bollo y hacer de cuenta que no sabemos nada. Debemos “desprofesionalizarnos”. Quizás esta sea una de las cosas que más nos cuesta, pero a menos que rompamos estos esquemas y estructuras Dios no podrá derramar de su Vino Nuevo. Él necesita odres nuevos. Te comparto algunas ideas que nos pueden ayudar a romper nuestras estructuras internas:

 

  • Preparemos los cultos en oración y sin depender de listas o “modelos de culto”
  • No nos preocupemos por “cubrir cierto tiempo” (una de las estructuras internas que debemos romper es la del tiempo)
  • Evitemos los “clitchés motivadores” y las frases hechas
  • A menos que Dios nos lo indique no hagamos ninguna dinámica grupal, como puede ser saludarse, decirle algo al hermano de al lado, tomarse de las manos, etc. (aún cuando sepamos que eso puede ser positivo “para el desarrollo del culto”)
  • Rompamos el concepto “Alabanza”=canciones movidas, “Adoración”=canciones lentas. No nos preocupemos por los climas musicales, adoremos y busquemos a Dios

 

  1. DESARROLLEMOS EXPECTATIVA INTERIOR

 

Muchas veces nos esforzamos en “generar” en la gente una expectativa del culto que ni nosotros tenemos. A veces llegamos cansados o mal y lo único que nos importa es “sacar” el culto de la mejor manera posible. Renunciemos a esta mentalidad de “saca cultos”. Este es un ejercicio interior que debemos hacer en oración cada vez que nos toca ministrar. En soledad e intimidad antes de salir para el templo debemos renunciar al espíritu de rutina y religiosidad, renunciar a la mentalidad “saca cultos” y pedirle a Dios que geste un hambre nuevo en nuestro interior, una expectativa que abra los cielos y permita que él se manifieste de una manera fresca y poderosa. Digámonos siempre “HAY MÁS DE DIOS”, porque no hay mayor verdad que esa.

 

  1. ESTEMOS DISPUESTOS A HACER EL RIDÍCULO O SER CRITICADOS

 

La fórmula es la siguiente:  A menos de nosotros, más de Él. Como dijo Juan el Bautista “Es necesario que yo mengue pero que Él crezca”. No hay otra formula. Muchas veces al buscar agradar a Dios antes que al hombre nos encontramos en esta encrucijada: eso significa hacer el ridículo y exponerme a la crítica. Esta es una encrucijada de la cual no podemos escapar; yo diría que es un PUNTO DE MUERTE. ¿Estamos dispuestos a morir, a menguar para que él crezca?, ¿Estoy buscando la aprobación de Dios antes que la de los hombres? ¿Estoy dispuesto a jugármela por lo que creo viene de Dios?.

 

  1. SEAMOS GENUINOS

 

Cada uno de nosotros posee un carácter y estilo único dado por Dios. Esto es parte de la riqueza que hallamos en el cuerpo de Cristo: Su diversidad. Una vez alguien dijo: “Usted nació original; no muera como una copia”. Siempre el obrar de Dios se encarna y fluye de manera natural conforme el corazón y la actitud genuina de aquellos que le buscan. No hay nada más feo, chocante y contraproducente que querer copiar formas o estilos, pensando que “la cosa pasa por ahí”. Evitemos las “modas ministeriales” y seamos como Dios nos creó delante de su presencia. 

 

  1. ENSAYEMOS Y PREPARÉMONOS ARDUAMENTE EN LA PARTE TÉCNICA

 

Cuanta mayor independencia tengamos en cuanto a lo técnico-musical, mayor atención podremos poner en lo verdaderamente importante: Buscar a Dios. Muchas veces nuestra mente está más ocupada en recordar los arreglos o pendiente del corte o el acorde que en adorar a Dios. Esto ocurre cuando no tenemos la autonomía suficiente en cuanto a lo  musical. Preocuparnos ANTES de lo musical nos permite centrar nuestra atención en Dios y preocuparnos por solo una cosa en el culto: buscarlo y adorarlo.

 

  1. AMPLIEMOS EL HORIZONTE DE NUESTRO MINISTERIO

 

No estamos simplemente para “tener el tiempo de la alabanza”. En un sentido somos un adorador más de la congregación pero queramos o no somos responsables de “facilitar” la adoración congregacional, o al menos de no ser impedimento. Necesitamos ser sensibles al Espíritu Santo y dóciles en cuanto a cosas inesperadas. Muchas veces nos vamos a encontrar haciendo cosas que jamás hubiéramos imaginado, dones espirituales que afloran, un fluir nuevo, algo novedoso. De repente nos encontraremos fluyendo en una unción desconocida, vulnerables y desorientados frente a  nuevas manifestaciones del Espíritu Santo. Ante  todo esto debemos ampliar nuestro horizonte ministerial y finalmente entender que el nuestro es un MINISTERIO PROFÉTICO. Al mismo tiempo debemos entender que los dones están en EL CUERPO DE CRISTO. Los cultos en los que Dios se hace presente se caracterizan por el fluir de los dones EN EL CUERPO. Lo que hagamos o digamos arriba de la plataforma es importante, pero los encuentros de adoración que perseguimos son encuentros DEBAJO DE LA PLATAFORMA, encuentros en los cuales el cuerpo fluya con los dones que ha recibido.

 

Estoy convencido que haciendo estas cosas podemos preparar el camino al Señor y sin dudas Ël se sentirá complacido y responderá con Su misma presencia. Creo que también es una buena forma de “auto extinguirnos”. Esto no nos quita responsabilidad sino por el contrario nos eleva a un nivel mayor de compromiso: DEBEMOS DEJAR DE SER PARA QUE ÉL SEA. No es algo fácil pero haciendo estas cosas creo que estamos en camino. Es cuestión de autodisciplina. Si no lo hacemos nosotros tarde o temprano Dios lo hará: NOS EXTINGUIRÁ.

Sebastián Golluscio

Iglesia del Centro, Pastor.

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